viernes, 28 de marzo de 2008

Sí, lo hicieron

“¡Malditos, lo hicieron!”, decía Charlton Heston al final de El planeta de los simios, varios años antes de aparecer en Bowling For Columbine haciendo de maldito. Y sí, lo hicieron. Muchos porteños tienen como queja de bar hablar mal de USofA. Entre tanta crítica y difamación que le hacen al pobre imperio, siempre trato de meter bocado para hablar de la enorme cantidad de cosas buenas que nos legaron. Entiendo que debe ser un imperio bastante molesto para países como Cuba, Irak, Venezuela y República del Etcétera. Pero nunca creí que llegaran a meterse con nuestro dulce de leche.

Nunca fui un fanático del dulce de leche, muy cada tanto me agarra alguna reprimida añoranza infantil y me bajo un par de tarros en un par de semanas. Pero no soy un adicto, puedo pasar meses y hasta años sin probar DDL. Sin embargo siempre me alivió pensar que allí estaba, en el super, en el quiosco, un fiel amigo con el que podía contar cuando alguna depresión me llevara camino atrás hacia el útero materno pasando por lo días de tostadas con manteca y DDL de mis 6 años.

Y sí, lo hicieron. Hace algunos años un ex-colega que vive en USofA me comentaba que la broma del momento era decir que USA se alimentaba a corn syrup. Acá tenía hasta hace poco un nombre más terrorífico: JMAF (jarabe de maíz de alta fructosa), que es casi lo mismo pero con más glucosa. ¿Para qué se usa? ¡Para todo! En USA casi cualquier producto de supermercado al que le mires la etiqueta, lo contendrá. En Argentina, cada vez son más. ¿Qué gusto tiene? Pueden probarlo en estado bien puro si alguna vez comieron esa “falsa miel” que los yanquis le ponen a sus waffles y pancakes; o adulterado con bajísimo porcentaje de miel en esas mieles industriales baratas que se consiguen en el super. Puede ser un sabor simpático para comer cada tanto, pero ¿para tenerlo hasta en la sopa?

¿Y qué tiene que ver el DDL con esto? La respuesta, con consejos para sobrevivir a la hecatombe, en el próximo post.



No hay comentarios: